Janet Yellen, secretaria del Tesoro estadounidense, dijo ayer en rueda de prensa que no están valorando ninguna garantía global para los depósitos de los bancos americanos, tan solo 15 horas después de haber dicho lo contrario. Los mercados americanos de valores reaccionaron negativamente ante estas palabras, sobre todo el sector bancario, pero es imposible que hable en serio.

La Reserva Federal, junto al Tesoro de Estados Unidos, llevan semanas trabajando en una garantía extendida a los depositantes de los bancos en riesgo de quiebra. De hecho, es interesante recordar que Estados Unidos ya ha garantizado en el pasado depósitos de forma general, cuando la quiebra del Silicon Valley Bank para evitar un efecto contagio de miedo.

Recordemos que como medida para confrontar esto, la Reserva Federal abrió una ventanilla de liquidez para permitir acceder a los bancos en problemas a un sistema de compra de bonos a la par, eludiendo así las pérdidas y realizando efectivo con el que cuadrar los balances. Esto ha provocado una inyección de 300.000 millones de dólares en el balance de la FED, que vuelve a subir desde el Tappering a finales de 2021.

Cuando se le preguntó ayer a Jerome Powell si este movimiento se trataba de una QE, afirmó que no ya que la Reserva Federal no está comprando bonos ni MBS de forma directa, pero lo que vemos en Boring Capital es que si lo hacen de forma indirecta: Permitir a los bancos en apuros vender sus bonos y activos respaldados por hipotecas a un precio superior al de mercado es, en resumen, comprar dichos activos.

Volviendo a Janet Yellen y a su afirmación de que no están trabajando en garantizar de forma global los depósitos, esto es sencillamente mentira. Estados Unidos es el rey del sistema fiduciario, por definición, basado en la confianza. No hay nada que rompa más la confianza del sistema bancario que una quiebra repentina y sin garantizar depósitos. La mayoría del dinero que mueve el mundo supera los 250.000 $ por cuenta (en su mayoría, empresas).

No es viable que el futuro del sistema bancario pase por realizar un exhaustivo análisis de riesgos para determinar en que banco deposita uno su efectivo.

Por no hablar de que, si algún otro banco quiebra y no se garantizan los depósitos, esto generaría un miedo terrible en la mayoría de empresas, que temerían por perder su efectivo de la misma forma. Viendo que China y Rusia están aliándose en pro de una nueva hegemonía monetaria encabezada por el Yuan, que Estados Unidos permita que la confianza en su sistema se pierda es prácticamente un regalo para las potencias asiáticas.

En resumen, y viendo el carácter histórico de Estados Unidos, las posibilidades de que no se garanticen llegado el momento el 100% de los depósitos americanos son, sencillamente, nulas. Desconocemos las razones que han llevado a la secretaria del Tesoro a cambiar bruscamente de opinión por una, en esencia, mentira, pero desde luego que no prestáramos ni la más mínima atención a esta cuestión.